“A MIS EX”

Es más una carta de agradecimiento al universo por mi pasado, una carta de agradecimiento a aquellas personas que estuvieron en mi vida, o mejor que formaron parte de mi vida y que han forjado lo que hoy en día … Continue reading

“TE INVITO”

Te invito

Te invitó a quitarnos las ganas.

Estoy tentado a embriagarme de tus besos, quiero fumarme tus ganas y así terminar con tu vergüenza.

No soy mucho, pero si tengo todo para hacerte pasar un buen rato.

Mis manos quieren conocer tu cuerpo y mis ojos tienen hambre de ti.

Devorémonos con miradas, enganchémonos con risas y acabemos con esto que llevamos dentro.

Ya no puedo esconderlo, quiero tenerte, quiero probarte, quiero verte.

Y sé que no puedo controlarte, pero me gustaría llevar el ritmo de tu cuerpo junto al mío y cortarte la respiración por unos segundos con una de mis manos, quiero que me pidas más, quiero que te hagas adicta a mí.

 

Excelente día,
Iván Hernández.

“LINEAS ROJAS”

Ancient pirate map on old textured paper with red path to treasure

Para recordarnos donde andamos,

hacia dónde vamos o

de donde no queremos volver.

Líneas rojas remarcadas,

que gritan tu nombre,

que exigen atención,

que piden coherencia.

Líneas rojas borrosas

cargadas de remordimiento,

de dolor,

de reproches.

 

Excelente día,
Iván Hernández.

“EL AMOR ES CIEGO”

El amor es ciego

Tráeme de tu mano y deslicémonos hacía el sol, acompañemos a las nubes para que algún día nos vean besarnos durante una tarde gris.

Tócame el alma porque el amor carnal no me basta y quiero atraerte de muchas formas y no solo superficialmente.

Porque el amor es ciego, no discrimina, pero el amor que no se cuida se apaga, yo no quiero ser pasajero.

Quiero comerme el mundo entero.

Quiero encontrar a alguien que al tenerme ya no quiera seguir buscando más opciones, anhelo algo que quizá no existe y eso es lo que yo no asevero.

Excelente día,
Iván Hernández.

“EL MIEDO ES DE HUMANOS”

El miedo es de humanos

Duele saber que yo el cariño que te tengo es inmaculado. Me hiere saber que quizá nunca te conocí. Todos somos libres, todos cambiamos, pero ¿cómo confiar? Me enoja saber que yo soy transparente, que mis acciones no tienen un mal trasfondo, a veces siento que me estanco y que esto de ser tan bueno solo ha hecho esclavizarme a personas que al final nunca termino de conocer. Es un chasco gigante esto de confiar en alguien. Nunca me ha salido bien. Me siento como una rata que siempre cae en la misma trampa. Ojalá alguien tuviera un poco de piedad. Ojalá la gente viera lo que destruye en otra persona cuando lo lastima. Esta cabrón querer a otro ser humano, tan llenos de fatalidades, de engaños y falsedades. Está cabrón ser yo y querer con todo el corazón. Ojalá pudiera encontrarme ese botón en el pecho para apagar los sentimientos así como apago la luz de mi habitación.

Excelente día,
Iván Hernández.

“AÚN TE AMO”

Aun te amo

No podría sacarte de mi alma aunque quiera, a pesar del daño que causa el estar contigo. Aunque eso cause llanto eterno y dolores grandes. Me la jugué por ti, te amé más que a mi vida he incluso quede en deuda conmigo, lamentó si a pesar de todo te hizo falta más pero créeme cuando digo que te lo di todo en verdad lo hice…

Quede con el corazón en la mano, pero, que importa, fuiste esa pequeña parte que me dio felicidad y que en mis días malos estuvo para mí, nada justifica tus acciones, pero me quedo con lo bueno que me dejaste, no te digo adiós ni un hasta pronto, por qué…

Porque aún te amo…

 

Excelente día,
Iván Hernández.

“TE TENGO”

Tengo

Te llevo en mis ojeras.
En mi insomnio.
En mis oídos.
En mis ojos.
Te llevo en los latidos de mi corazón.
En mi mente.
En mi sonrisa.
En mi felicidad.
Te llevo en mis ganas.
En mis suspiros.
En mis gritos.
En mi boca.
Te llevo en mis razones.
En mis pretextos.
En mis soluciones.
En mis sueños y deseos.
Te llevo tatuada en mi alma.
En mis letras.
En mis objetivos.
En mi pasado y presente.
En mi vida.
Te llevo en tantos sitios pero nunca estás donde me gustaría encontrarte; a mi lado.

 

Excelente día,
Iván Hernández.

“TE ESPERABA”

Te esperaba

Yo la esperaba con la furia en la garganta, apretando los puños para que el alma no se me escape de tanta ira y ella llegó despistada como casi siempre, pasándome de largo, buscándome con los ojos en aquel lugar. Aspirando un poco de aire avancé hacia ella dispuesto a largarla de mi vida, me vio y corrió en un paso, me abrazó y me apretó mucho contra sí, sentí sus pechos, sentí su corazón, incluso sentí erradamente su amor. Y la perdoné, maldita sea la perdoné, como le he perdonado tantas mierdas, y vaya mírenme aquí otra vez esperándola.

 

Excelente día,
Iván Hernández.

“DIME”

Dime

Dime que volverás, dime que me necesitas y que tus días no son los mismos sin mí, dime que soy la calma para tu tormenta.

Dime que al pasar por los lugares que nos gustaba ir piensas en mí, sólo dime por favor que mueres por tocar mis labios.

Dime, sí… tú, dime que perdonarás todos los errores que cometí sin motivo alguno, dime que sonreirás nuevamente al verme.

Dime que esto no es un sueño como en todas las noches me suele ocurrir, por favor dime algo, porque aún se encuentra la silueta de tu cuerpo en mi cama.

Dime todo lo anterior, porque detesto como mi puta imaginación crea momentos que nunca pasarán.

Excelente día,
Iván Hernández.

“TE SUFRO”

Te sufro

¿Y qué clase de sufrimiento eres? Por tu nombre llamo a esta tortura digna de la inquisición.

Tú podrás reírte todo lo que quieras, corazón, pero no tienes idea de lo que causas en mí.

Yo aquí, con tu cabeza en mi hombro, despeinándote el cabello con mis dedos, contándote las pestañas mientras duermes, leyendo y releyendo tus rasgos como mi libro favorito, mientras tu respiración -el sonido más relajante- me arrulla.

Te veo tan apacible e indefensa que podría profanar tus labios y robarme eso que tanto deseo de ellos.

Es una tortura incomparable, peor que no poder dormir en días, peor que las voces que me atormentan a todas horas, tenerte así de cerca y no poder probarte, más aun siendo mi sabor preferido.

¡Qué tortura es tocar con las yemas de mis dedos aquello que tanto anhelo!; tus labios de durazno, suaves y fríos, casi puedo saborearlos en mi boca, pero no tengo el privilegio de probarlos ahora.

Y tú sigues ahí, apacible, inhalando y exhalando al compás de los minutos; ausente de la realidad, ignorando mi dulce agonía.

 

Excelente día,
Iván Hernández.