Hace rato no meditaba, hace rato no ponía mi mente en blanco, hace tiempo no dejaba salir mi voz interna, puedo decirte que fue maravilloso de la meditación, es reconfortante alcanzar un estado de paz tan profundo que cuando abres los ojos crees que solo han pasado unos minutos, te preguntarás a que quiero llegar con este tema, quiero llegar a compartirte que lo más bello de la vida es ser simple, la sencillez con la que deberíamos de vivir es muy importante, aunque la sociedad nos lleva por caminos siempre rápidos siempre aprisa, siempre complejos, llenos de vicisitudes y banalidades innecesarias, nosotros somos nuestro infierno y nuestro paraíso, nosotros mismos nos saboteamos nuestros planes y metas con ideas de justificación inútiles, para quienes nos ha sucedido que vamos detrás de la sociedad queriendo alcanzar su ritmo, acabamos muertos en todos los aspectos, para quienes nos hemos dado cuenta que esa carrera no importa y que lo que realmente importa siempre será una sonrisa sincera, entendemos que la vida es mucho más fácil de lo que parece, cuando nos quitamos el “qué dirán”, cuando nos quitamos el “darle gusto a los demás”, cuando nos quitamos todos esos prejuicios, alcanzamos un nivel de paz interna lleno de plenitud, de felicidad simple y pura, donde nada más importa salvo nuestro entorno, llámese familia, amigos, novia, esposa, etcétera.
Increíble en saber dejar pasar las cosas, increíble dejar fluir las cosas, increíble ver los amaneceres aun y con el cielo lleno de nubarrones, cuando aprendemos a ver más allá de lo que los ojos ven y vemos la real belleza de la naturaleza, sabemos que tarde que temprano las cosas sucederán y no te diré que si no pasan “es por algo”, porque pasen o no, todo es consecuencia de actos y acciones de nosotros mismos, toda nuestra vida está guiada por toma de decisiones todo el tiempo, cognoscitivamente siempre hemos estado preparados instintivamente desde la infancia para ser simples para comprender y asimilar nuestro entorno, pero lo hemos cubierto con un aprendizaje sistemático de una sociedad donde todos crecemos creyendo que si no sufres no serás feliz o que naciste con una meta o misión, eso mis amigos es mentira no nacemos con una misión, no nacemos con una meta, tampoco necesitamos sufrir para alcanzar la felicidad, solo vivimos y en nosotros esta ser o dejar de ser felices, en nosotros esta que esta vida sea lo más hermoso que jamás haya sucedido, en nosotros está el simplemente vivir y dejar fluir las cosas, una personita a la cual llamare “pequeña”, me está dando una lección muy importante de vida, ella es un recordatorio llamado “dejar fluir las cosas”, este pequeño recordatorio, es muy importante, a veces creemos que por ir más aprisa las cosas llegaran más rápido, pero existe algo en esta vida que es una regla de oro la cual resumiré con un refrán, “no por mucho madrugar amanece más temprano”, esta persona llamada pequeña, está confirmando mis lecciones de vida una de ellas la más importante es dejar que las cosas pasen cuando deban.
En mi vida existen alrededor de quince personas que me han hecho crecer de manera estratosférica, de una manera que a lo largo de diez años he crecido espiritual, emocional e intelectualmente, no necesariamente en ese orden, pero me han hecho madurar de una manera que jamás pude haber imaginado, a esas quince personas les tengo un cariño y sobretodo admiración de haberme topado con seres maravillosos llenos de luz, seres que simplemente amaban, seres que simplemente odiaban, seres que simplemente sonreían a pesar de tener los más serios problemas, seres que volaban por encima de las nubes y seres que simplemente renunciaron a la vida por decisión de ellas, seres que siempre sabré estarán ahí, seres que simplemente son luz y fuerza de gravedad, fuertes como el sol y tranquilos como la luna.
En algún momento de mi vida fue tan viciado que me negaba a cerrar círculos y los mantenía siempre abiertos, los mantenía de manera cruel a disposición y placer de uno mismo, conforme fui despertando mi ser interno, nadie ni yo merecía tanta crueldad, empecé a cerrar círculos, en ese momento la paz empezó a crecer, lo que a las personas más les cuesta es lidiar con las costumbres, seguir hablando de esa persona o circulo y me he topado con tantas personas que siguen en el pasado, que siguen creyendo que no está mal, en esta lección de vida, les platicare de una persona a la cual llamaremos “fea”, de la cual aprendí a cerrar ciclos de la manera más simple, en cierto momento de mi vida, llegue a pensar, qué fría es ella en ese aspecto, pero me di cuenta que es práctica, es sencilla pero sobretodo es fácil, solo basta con preguntarse “¿Qué no quieres en tu vida?” Y responderte con las más simples palabras y lo que no quieres pues darle vuelta y ya, solo agradecer esas experiencias de vida y tenerles agradecimiento eterno a las personas que te han ayudado a forjar aún más carácter y haber obtenido más experiencia, esta persona tiene una forma de racionamiento tan fantásticamente practico, que mucha gente no lo comprende, que es tan extrañamente maravilloso como ver un unicornio bebiendo café en la esquina de la plaza, quien sepa apreciar eso, habrá ganado un aliado con ella muy fuerte, a esta persona espacial cósmica le agradezco esta experiencia aprendida.
Al día de hoy, yo Iván, me he equivocado, he caído, he llorado, he sufrido, he sonreído, he saltado, volado y ene cantidad de adjetivos calificativos que podríamos darle a esta vida y de todos y cada uno de ellos he aprendido, si me preguntas que pienso de la vida, te sorprenderá mi respuesta, ojala y un día tu y yo podamos ir a platicar en un café y filosofar sobre la vida.
Por cierto te comparto lo que mi voz interna que me dijo en la meditación de ayer, “Sonríe más y coquetea más”, quien logre comprender esta frase tan curiosa, entenderá lo que yo soy ahorita en este preciso momento.
Que tengas un excelente día,
Iván Hernández.