Hoy me siento más viejo que nunca, hoy me siento más joven que nunca, hoy me siento más sabio que nunca, hoy comprendí y entendí mi teoría de la felicidad, hoy la idea de ser feliz ha cambiado mi perspectiva, que su aplicación ha cambiado mi forma de pensar y sobretodo sentir, la teoría de la felicidad abarca en mi un universo y un tiempo, que va más allá de lo que pueda imaginar en los sueños más lúcidos y controlados, más allá que los maravillosos viajes astrales involuntarios.
Que es el tiempo, no es más que una cuerda dentro del universo y el universo mismo forma una parte completamente inerte de la vida misma, una cuerda asignada a nuestra medida con un inicio y un final: todo esto lo podemos llamar “vida”, el tiempo dentro de la vida es relativa o paradójicamente el tiempo no existe sin vida, la vida no avanza si dentro de este universo no hay tiempo y todo dentro de un universo inerte, es decir; el tiempo existe gracias a nosotros y el tiempo se detiene cuando no existimos, si no existimos no hay vida, todo dentro de un mismo universo paradójico.
La cuerda de tiempo, tiene fecha de caducidad, esta fecha de caducidad no la sabemos, porque estamos ocupados con cosas que creemos que son importantes, cuando no lo son, buscamos la felicidad en cosas banales y/o cosas pasajeras, pero cuando en realidad entiendes que la felicidad es la vida misma, sin necesidad de más, puede sonar y leerse absurdo, pero es real, no ocupamos en lo absoluto para ser felices, comprendí que el preocuparme por el tiempo y por las distancias es un perdida de válgame la redundancia tiempo, sé que todo llega a su momento, a su “tiempo”, ese tiempo es cuando dejas de buscarlo y confías plenamente en la fuerza del universo o Dios como gustes llamarle, pero es esa fuerza extraña a nuestra lógica, que está y estará ahí siempre, solo basta con creer que existe algo que no es visible y es parte de nuestra Fe.
Que es mi felicidad, haber comprendido entre tantas cosas, que hay que soltar absolutamente todo en esta vida, cuando sueltas todo, comienzas de cero, empiezas de nuevo pero más liviano de carga, alguna vez escuche una frase que dice: “si quieres hacer un omelette, hay que romper algunos huevos”, simple pero práctica, cuando alguien también me dijo “Tu podrás amar pero no se sabe si te puedan dar ese amor que necesitas”, no se trata que necesite o pida, por fin, por fin comprendí, que no se pide el amor, mucho menos se exige, somos seres de luz todos, todos y dar es mejor que recibir, infinitamente mejor, en eso radica hoy por hoy mi felicidad, porque cuando recibo me hace sentir tan bien que no necesito más, no espero en vano, porque sé que el tiempo es lo más sabio y tarde que temprano llegara ese cruce de cuerdas en el espacio que nos dará ese complemento que debemos o tal vez tendremos o nos dará la respuesta del porque estamos solos hoy por hoy, siempre he pensado que no pasan por nada las cosas, siempre hay un motivo por el cual debemos de pasar para aprender algo.
En mi vida he tenido experiencias de personas que son muy duras conmigo, siempre he dicho yo he aprendido a golpes, una de mis tantas filosofías es: “En la vida no son arcoíris y amaneceres bonitos, es un lugar malvado y oscuro que te golpeara tanto pueda hacerlo, hasta que caigas arrodillado y aun así seguirá golpeando duro y fuerte y aun y cuando creas que todo paso… Te rematara, depende de nosotros si lo permitimos, depende de nosotros levantarnos y seguir luchando, depende de nosotros única y exclusivamente de nosotros dar esos pasos que nos dan tanto miedo, hay que saber usar el miedo para beneficio propio, si caemos nos levantamos no pasa nada, venimos a equivocarnos venimos a probar toda la heladería para saber cuál sabor nos apetece”, Eso creo yo, eso empiezo a aplicar, aplico el ya no tener miedo a decir un te quiero, o decir un te amo, no tener miedo a equivocarme ni mucho menos caer, podría renunciar un día a todo e irme, si no funciona me regreso y punto, la vida no está hecha para que los cobardes triunfen, hay que tener las agallas de decir no he logrado esto o aquello por culpa mía y solo mía.
La teoría de la felicidad es saber soltar todo y tomar todo el mundo a placer, salir a luchar, amar la vida misma, agradecer no pedir, agradecer lo bueno pero más lo malo, dar gracias por una oportunidad más, dar gracias por todas y cada una de las cosas más minúsculas que hay a nuestro alrededor, no digo que pongas la otra mejilla, digo que tú eres el único responsable de cómo te sientes, tú y solo tú, nadie viene y te pone una pistola en la cabeza y te dice siéntete triste por ser un fracasado en la vida, siéntete mal porque no has logrado tus metas en la vida, solo tú tienes el poder de sonreír y decidir ser feliz, tienes el poder de estar en el tope de tu intelecto y/o físico, solo tú piensas que existen barreras, cuando comprendes la teoría, las barreras dejan de existir y un mundo completamente nuevo y brillante se abre ante tus ojos donde puedes hacer y deshacer a placer, quítate la venda de los ojos, empieza a creer en ti mismo o en ti misma, empieza a amar con locura tu vida misma, pienso y creo que si yo no me amo tal cual soy, no podre a amar a alguien y si existe motivo y razón de creer eso, porque la seguridad que tu irradies está dentro de ti, en cuanto a cuanta paz interna logres alcanzar, mientras mejor estés contigo mismo esto se verá reflejado en todo, deja de pensar y empieza a sentir, lucha por tus sueños varados en el que dirán o en los malos comentarios donde te decían que no podrás.
La teoría de la felicidad radica en uno mismo, la felicidad radica en amarse y hacer las cosas con amor, todo lo demás es resultado de la fuerza de gravedad. El verbo de la vida es amor, cuando dejas todo, dejamos nuestros límites y nos levantamos como el fénix fuerte y radiante, amigos esa es mi teoría de la felicidad, esa es parte de mi filosofía esa es parte de mi ser interno y lo que voy logrando con lo poco que he experimentado en esta vida.
Vive, ama, equivócate, grita, haz todo lo que desees la vida y el tiempo son relativos…
Reciban una abrazo lleno de buena vibra, excelente día,
Iván.
P.D.: Gracias por la foto.