Es más una carta de agradecimiento al universo por mi pasado, una carta de agradecimiento a aquellas personas que estuvieron en mi vida, o mejor que formaron parte de mi vida y que han forjado lo que hoy en día … Continue reading →
Estoy tentado a embriagarme de tus besos, quiero fumarme tus ganas y así terminar con tu vergüenza.
No soy mucho, pero si tengo todo para hacerte pasar un buen rato.
Mis manos quieren conocer tu cuerpo y mis ojos tienen hambre de ti.
Devorémonos con miradas, enganchémonos con risas y acabemos con esto que llevamos dentro.
Ya no puedo esconderlo, quiero tenerte, quiero probarte, quiero verte.
Y sé que no puedo controlarte, pero me gustaría llevar el ritmo de tu cuerpo junto al mío y cortarte la respiración por unos segundos con una de mis manos, quiero que me pidas más, quiero que te hagas adicta a mí.
Duele saber que yo el cariño que te tengo es inmaculado. Me hiere saber que quizá nunca te conocí. Todos somos libres, todos cambiamos, pero ¿cómo confiar? Me enoja saber que yo soy transparente, que mis acciones no tienen un mal trasfondo, a veces siento que me estanco y que esto de ser tan bueno solo ha hecho esclavizarme a personas que al final nunca termino de conocer. Es un chasco gigante esto de confiar en alguien. Nunca me ha salido bien. Me siento como una rata que siempre cae en la misma trampa. Ojalá alguien tuviera un poco de piedad. Ojalá la gente viera lo que destruye en otra persona cuando lo lastima. Esta cabrón querer a otro ser humano, tan llenos de fatalidades, de engaños y falsedades. Está cabrón ser yo y querer con todo el corazón. Ojalá pudiera encontrarme ese botón en el pecho para apagar los sentimientos así como apago la luz de mi habitación.
Te llevo en mis ojeras.
En mi insomnio.
En mis oídos.
En mis ojos.
Te llevo en los latidos de mi corazón.
En mi mente.
En mi sonrisa.
En mi felicidad.
Te llevo en mis ganas.
En mis suspiros.
En mis gritos.
En mi boca.
Te llevo en mis razones.
En mis pretextos.
En mis soluciones.
En mis sueños y deseos.
Te llevo tatuada en mi alma.
En mis letras.
En mis objetivos.
En mi pasado y presente.
En mi vida.
Te llevo en tantos sitios pero nunca estás donde me gustaría encontrarte; a mi lado.
Dime que volverás, dime que me necesitas y que tus días no son los mismos sin mí, dime que soy la calma para tu tormenta.
Dime que al pasar por los lugares que nos gustaba ir piensas en mí, sólo dime por favor que mueres por tocar mis labios.
Dime, sí… tú, dime que perdonarás todos los errores que cometí sin motivo alguno, dime que sonreirás nuevamente al verme.
Dime que esto no es un sueño como en todas las noches me suele ocurrir, por favor dime algo, porque aún se encuentra la silueta de tu cuerpo en mi cama.
Dime todo lo anterior, porque detesto como mi puta imaginación crea momentos que nunca pasarán.
Hoy me he levantado de nuevo, de nuevo con mi presencia, y el dolor de tu ausencia.
Hoy de nuevo abro las ventanas, sintiendo perder el olor de tu piel, miro al cielo y recuerdo tu mirada, veo afuera y me veo a mi recorriendo las calles tan llenas de nosotros las sonrisas al medio del camino, los besos de imprevisto, las lágrimas en medio del metro, tus manos entrelazadas tan fuerte que nunca pensé que se fueran a soltar.
Hacen falta vemos en cámara lenta para saber con certeza lo felices que éramos, lo tanto que nos amamos como negarnos no extrañarnos.
Mirar los libros de poesía y no tenerte para recitar o escribirte un buen poema que haga temblar esto que guardo en mi pecho que es este amor incondicional, esta luminaria de emociones que siento cuando te tengo cerca.
No sé que más hacer si acostarme a dormir o recordarte toda una eternidad, o hasta que se acabe este encierro que tanto daño nos ha hecho.
Porque uno de mis mayores defectos, es recordarte con fuerza y llorar tu ausencia, son cosas que hago bien, además de amarte, también con fuerza.
Tú sabes que tanto llego a ser, tan intenso con eso de extrañarte aunque siempre fui un hombre de soledad, tu has sido ese sueño que uno no quiere dejar de visitar.
Creo que estoy delirando, creo que me desmoronó al no tenerte cerca.
Ojalá hubieran excusas para los amores que están lejos, poder verte aunque sea unos segundos para recargar nuestro corazones con más amor, y darles un empujón mas de esperanza, eso es un respiro de vida, regresar a ti, volverte a abrazar, hablarte con besos y que me muerdas para notar lo que duele extraños.
Estar solo en la terraza fumando un cigarro, siempre acompañado de ese silbido que tenemos integrado los que fumamos, ese delicioso silbido que nos acompañara el resto de nuestras vidas.
Estar sentado en nuestro sofá favorito, escuchando esa melodía triste y melancólica, dando pequeños sorbos a ese amargo y frió café.
Ese momento justo al despertar, estar sentado sobre de lado de la cama, mirando al suelo, sin ganas de hacer lo siguiente.
Esa despedida anunciada, en la que nadie se quiere ir, pero sabes que tarde que temprano el adiós definitivo llegara.
Esa banca sola en el parque vieja y oxidada, esa banca abandonada sintiendo las gotas heladas de lluvia.
Esa mirada perdida de aquel que fue y nunca será.
La tristeza siempre nos acompañara a algunos mas que a otros… A algunos toda la vida nos atormentara, con los pensamientos mas siniestros, la mirada mas desvanecida, sin brillo ni fuerza, Algunos con suerte en la vida es solo parte de una película bien producida.
En la vida, nos enseñan que el ayer es historia, es parte del pasado, hay pasados donde nos enamoramos de la vida en tan solo dos segundos, hay pasados tan oscuros y profundos en nuestro corazón, que deseamos jamas haberlo vivido.
Hay dos frases que me han de gustado al paso del tiempo:
“El parabrisas es mas grande que el retrovisor, para que siempre tengas la vista y la mente al frente”.
“Dar un paso para atrás ni para agarrar vuelo”.
Pero… ¿Qué tan nostálgico eres?, que tan triste estas, que te gusta para voltear atrás, ver esos sueños e ilusiones que te hicieron fuerte y hoy te tienen en la lona, te tienen tirado en el suelo, ¿Qué tan nostálgico eres?, que quisieras congelar el tiempo y guardarlo en una botella para beber de el, cada que quisieras.
Vivir el pasado, es tan triste, que a veces es un dolor que gusta tanto a los malaventurados.